No tengo ganas de escribir.
No para contar noticias así.
No para vivir días así.
Aunque sé que lo debo. Os lo debo y me lo pedís, con razón.
Son días tristes, dolorosos, con sensación de que todo esto es inutil.
El violador de Josefa, Tomás el ordenanza, ha vuelto a su puesto de trabajo.
El violador ha vuelto al puesto de trabajo que le permitió violar sin problema a Josefa.
Tomás ha vuelto, radiante de satisfacción.
Tomás se ha reído de todos los que se niegan a que una violación quede impune... y a permitirle que vuelva a violar.
Tomás ya pasa horas cerca de su víctima.
Y aquí paz y después gloria.
Qué barato ha salido violar a una discapacitada.
Qué barato le sale a Alberto Prado mirar para otro lado.
Qué barato le cuesta a la Junta de Castilla y León mantener un violador en su puesto de trabajo, para que pueda repetir (por enésima vez?) su agresión.
Qué barato le sale al sistema, a todos los que tienen que ver, que son muchos, hacer como que no pasa nada.
Y mientras EL VIOLADOR SALE TRIUNFANTE, su víctima le huye asustada... esperando que no la vuelvan a dejar sola con él, que no vuelvan a meter otro hombre en las duchas cuando ella está desnuda...
Que en ese lugar que es el CAMPYCO de Béjar, donde viven, aman, ríen y mueren (sí, también mueren...), sus responsables estén preocupados porque alguien está hablando... pero no importa mantener a un violador en su puesto, verdad Alberto Prado??
Le ofrezco mi cabeza en bandeja de plata a cualquiera... a cambio de que saquen al violador del CAMPYCO de allí y de que pongan cámaras de grabación en todas las estancias.
Si soy yo el problema, no os vendrá mal ese cambio.
Tomadlo, el violador y la seguridad de todos los usuarios a cambio de mi cabeza, para que os la pongáis en el escritorio y recordéis siempre que nadie puede vivir como les estáis haciendo vivir.... y morir.